Esta semana me ha dado por pensar que eso son los amigos. Aire fresco en la lucha de los días. Aire fresco porque me hacen sentir más liviana. Aire porque me mueven emociones. Fresco porque renuevan mis ojos con su mirada.
Entre la soledad adictiva de las redes, buscando un poco de cariño entre los likes, gosto, me gusta, aparece un amigo de lejos, en el tiempo y en el espacio, y se planta acá, en mi vida, en carne y hueso, y el carnal me dice «¡¡¡despierta!!!» aunque no lo diga exactamente así, con palabras, pero sí con sus ojos, sus sonrisas, y con conversaciones sobre lo que le preocupa, sobre lo que me preocupa.
Mi casa, que soy yo, se abre, se ventila. Deja ventanas abiertas para que soplen los vientos de abril y se lleven todo el polvo acumulado del invierno. Llega la tarde y aparecen unos planes, llega la noche y la cena se prepara en conversación animada. Después reposan dos platos en el fregadero. Dos vasos. Dos juegos de cubiertos. Como queriendo decirme que no solo de dos en dos existen las parejas (sentimentales). Que se puede ser amigos, tener amigos. Compartir con amigos. Por si lo olvido.
Nos hablamos por whatsapp, cada uno en una estancia de la casa.
Subo un par de fotos del sábado. Estoy contenta. Muestro mi contento. Hay muchos likes, la gente me quiere. En 2011, al poco de empezar con esto de las redes, tenía 2, 3, y 7 likes y ya era un exitazo.
Ahora alcanzo la treintena de «me gustas» en los mejores momentos; entonces, me quieren más? He repartido mi cariño y mi persona entre más gente? La última foto en que más gusto es una foto en que poso mal, salgo poco favorecida. Me asombro. A mi me gusta salir bien. Lo que decimos favorecida. Aunque mis amigos no me quieren por ser más guapa o más fea, más alta, más gorda o más atlética. No sé por qué me querrán. ¿Por mi sentido del humor (poco, aunque cada vez más), ¿por mis ganas de seguir pase lo que pase? ¿Por mi curiosidad? ¿Por el ser sensible y poético que se esconde aquí en la cueva? ¿Por mi sonrisa? ¿Por ser un poco cascarrabias? ¿Por buscarle los tres pies al gato? ¿Por pensar cosas que no se le ocurren a todo el mundo? ¿Por pensar cosas que se le ocurren a todo el mundo? ¿Por escribir sobre ellas?
Porque soy generosa. Ahí englobo generosa en likes, en comentarios, en algún que otro achuchón fuera de la red. Generosa en conversación. Compartiendo mi experiencia. Generosa en paseos. Sí, eso es la vida real. Aunque cueste volver desde todas las pantallas.
Por mis ocurrencias. Por ser yo. Eso es lo que más cuesta, en todas partes. Y en la red, también. Ser una misma. Y crear el espacio, como en la vida, para serlo.
Nos vemos… ¿en las redes?