Me llamo y vivo en un tiempo y un país levantados sobre el silencio. Además, tengo mi herida. (…) Las heridas las heredamos. El silencio las infecta.
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Luego me hice mayor.
Hacerse mayor consiste en acatar silencios y reventar silencios e ignorar silencios. Solo eso. Y la posibilidad de pertenecer o dejar de hacerlo.
Honrarás a tu padre y a tu madre.
Cristina Fallarás.
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Edición e imagen: Fátima Cué.
Voz: Aurora Feijoo.
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He descubierto que una cosa es crear, otra cosa es llegar a materializar de forma consciente y con un objeto, con un foco. Otra cosa aún más allá es llegar a un lugar desde donde mostrar, materializar-socializar, dar a luz, nutrir y enseñar la criatura.
Otra cosa, aún un paso más allá es, para mí, a eso que duerme en el papel, darle cuerpo, una voz material, un cuerpo físico, encarnar, sacar por la garganta y corporeizarlo. Darle el calor necesario para que prenda en llama, para que la llama salga, se eleve.
Crear como ejercicio, crear como trabajo, crear como deseo. Deseo como guía. Descender al deseo más íntimo. Dejar que llegue. Abrazar.
El cuerpo sabe. La mente intenta controlar. Saltar los controles de la mente para ser en el cuerpo, fluir, dejar salir a la cueva, contactar con la voz que ahí dentro reside y nos habita. Ese fuego que vive en la oscuridad.
Dejar que la sombra hable y te guíe. Ser sombra. Ser en la sombra. Ser en la sombra de la cueva. Ser el agua que brota y la lámpara que ilumina.
Sospecho que el papel es un lugar desde el que finjo que me muestro, aunque, en realidad, me ayuda a esconderme mejor.
El cuerpo es ese lugar desde el que no me puedo esconder. Me miro. Me muestro.