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He terminado “Fruta prohibida”. Cuando me quedo sin Jeanette Winterson me siento huérfana. Últimamente me siento huérfana a menudo. Como ella, de A a la Z, leyó uno tras otro todos los libros de literatura británica de la biblioteca de Lancashire, yo, uno tras otro, leo los libros del estante “N – WIN – loquesea” de la Rafael Alberti. Cuando acabe, tengo pensado seguir el rastro por otros estantes en otras bibliotecas. Y, mientras tanto, paso páginas, tratando de vislumbrar. Carcajada. Lágrima. Pregunta.
Qué hago exactamente aquí. Algunas cosas: voy intuyendo. Otras: nada. Como los días de lluvia: el limpiaparabrisas se mueve frenético, pero sigues sin ver nada más que bultos acuosos en movimiento al otro lado del cristal.
No importa el tiempo que gaste en tratar de dilucidar. Cada vez hay menos certezas, quiero decir: nunca las hubo.
Pienso a dónde puedo ir si todo sale mal. «Si todo sale mal». ¿Qué quiere decir «si todo sale mal»? Pienso que cuando todo salió mal dejé mi casa, y fui de sitio en sitio hasta regresar. Luego, Portugal. Y volví con palabras nuevas que me hablaban al oído, un corazón envuelto en papel de estraza, en reconstrucción, una ciudad amada en las entrañas. Una luz en la retina. Y, ahora, ¿ahora, a dónde podría huir si todo se derrumba de nuevo? El único camino de regreso es hacia una misma, me digo una y otra vez.
Cuando estés preparada para contemplar lo que sea que ha de serte mostrado, podrás verlo. Mientras tanto, hay que seguir. Seguir. Confiar en las intenciones. Seguir el rastro de migas que me dejé a mí misma, hoy, aquí, o quizá, en alguna otra existencia que ahora recuerdo fugazmente en imágenes, en sueños, en destellos que duran segundos y no dejan ver con nitidez.
Solo quiero pertenecer, me digo.
Viajar al centro de mí misma, me digo, como único camino.
Como quien viaja al centro de una estrella, como quien es la estrella misma, como quien arde en el fuego, purificándose, en un ritual constante, infinito, eterno.
Mientras, ahí, el afuera arde. Lento, muy lento.
N a Win – cuando llegue a Mark Twain lea «Fragmentos del Diario de Adán y Diario de Eva» dos cuentos del bueno del señor Twain que me gustaron mucho. Encantado de seguirla por los derroteros de su blog
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Hola, Javiswift. Realmente hablaba sobre leer toda la estantería de la N (Narrativa) y WIN (Winterson). De hecho, me has dado una idea, voy a cambiar la foto para que se entienda mejor. Pero tengo en cuenta la recomendación. Muchas gracias.
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