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«Los gatos no van al cielo. Las mujeres no pueden escribir obras como las de Shakespeare».
Una habitación propia, Virginia Wolf, 1928.
Sesión de collage con inspiración previa de la mano de Virginia Wolf. Estuvimos dando una charla de media hora, de la mano de Aurora Feijoo, como comienzo de una tarde muy bien pasada y en muy buena compañía. Participando en la sesión los amigos integrantes de nuestro encuentro mensual #LetraLAB. Juntos creamos un serie de collages muy interesante en torno a este tema que sigue presente en nuestros días: la necesidad de las mujeres de disfrutar tanto de un espacio interior como material para crear, gracias a un ingreso fijo y a un espacio físico donde poder desarrollar la parte creativa que todos tenemos.
«Una habitación propia» es un libro compuesto a partir de dos conferencias dadas por la autora en la Sociedad Literaria de Newham y la Odtaa de Girton». Posteriormente fueron alterados y ampliados y resultó este ensayo. En él desgrana sus descubrimientos, su sorpresa, su enfado y sus reflexiones desde el momento en que comienza a investigar para una conferencia de encargo que versa sobre «Las mujeres en la literatura». Su primera experiencia: le prohíben el paso a una biblioteca por acudir ella sola, sin recomendación y sin un hombre que la acompañe. A partir de ahí, en la siguiente biblioteca e incursiones en los libros, descubre que mujeres y literatura son dos conceptos que no siempre se cruzan y que, cuando lo hacen, es de una forma extraña y separada de la realidad.
Mirando a su alrededor, profundiza en por qué una sociedad literaria de hombres consigue mejores y mayores fondos e instalaciones que una sociedad literaria de mujeres; reflexiona sobre qué hacen nuestros padres y a qué se dedican nuestras madres, y qué tipo de riqueza generan ambos.
No tiene desperdicio. Es un muy buen punto de partida, un clásico que viene muy bien (re)leer.
En esta ocasión comento sobre la edición traducida por Laura Pujol.
Seix Barral, Biblioteca Formentor, Barcelona, 2005.
Organiza Proyecto Genoma Poético
Gracias a Genoma Poético, a Zapato y a todas las asistentes.