Nos matan un poquito cada día. A otras, las matan del todo

Nos matan un poquito cada día. A otras, las matan del todo


Una oferta de trabajo, y una frasecita de repente en mitad que dice algo así: «desde esta empresa, no entendemos la sociedad sin la igualdad de las mujeres en todos los sectores «. Cousa mais rara… me digo.
Palabrería. Fácil de desmontar el argumento. Hum… a ver, hablan de sectores profesionales, de economía. A estos les importa bien poco eso de las mujeres y de la igualdad. Parece que hablan de dinero en realidad. No tienen pinta de saber qué es esa cosa de la igualdad.

Ah, ¡que es 8 de marzo! Un poco forzado, ¿no? Entonces me voy a la empresa en cuestión y me entra un ataque de risa-rabia-asco profundos y un «lo sabía» en mi cabeza repiquetea.

Bien por la visibilidad, pero… Se nota cuando el discurso es pensado, es útil a una causa, es realmente sororo. A esta gente que se le llena la boca. Todo el año somos lo que somos, todo el año, aquí y allá, levantamos la cabeza para no caer. Otras, para no morir. No todas lo conseguimos, no todas consiguen sobrevivir. Cada día en la lucha estamos.

A esa gente oportunista. Que no, que no cuela. Primero: todo tu organigrama visible está compuesto por hombres. Allá por la docena. Menos una mujer. Que ocupa el previsible puesto de Dirección de… atención al cliente. Porque ahí hay que tragar saliva, respirar, apretar mandíbula y callar mucho; y eso es algo que, a nosotras, las mujeres, ya nos enseñan nuestras madres, con miradas, reconvenciones, recomendaciones de prudencia y, oye, nuestros padres a hostia limpia, metafórica o real. Y nuestras tías… y tíos…e incluso nuestras parejas… ¡Calladita estás más guapa! Y… el cliente siempre tiene la razón.

8m para ganar medallas, 8m porque está de moda, entrar en lugares que ahora queda bien decir que se está.

Oigan: tragamos saliva y apretamos los puños cada día. Caemos, nos levantamos, nos apalizan, nos ignoran, nos apartan, nos medican, nos atan, nos pagan menos, nos piden más, nos ridiculizan, nos adelgazan hasta la enfermedad, nos enferman a base de Photoshop, nos ejemplifican, nos corrigen, nos quitan, nos ponen, nos disfrazan, nos ningunean, nos ocultan y nos exhiben como premios, nos utilizan como moneda de cambio, nos violan, nos asesinan… nos callan… todos los días. No es exageración: el dolor se lleva dentro. Cada una, como puede, lo transmuta: escucha, cuidados, voz, activismo, lucha.
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Publicado por aurora efe

Trabajo desde una mirada poética y crítica. Desarrollo mi voz con reflexiones e investigaciones sobre cuerpo-voz, escritura, música, poesía y vida | Escribo | Narro | Traduzco | Traduzco poesía del portugués al español | Aprendiendo a mirar desde una perspectiva feminista y queer.

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