Lucas Bolaño & Erissoma en directo en Réplika Teatro, Madrid
Como seguir tu rastro.
Como pasos.
Ir caminando.
Avanzando en la noche.
Encontrar hojarasca, pisarla sin darte cuenta.
Estalla en luz, la chispa ilumina, la onda contagia, las hojas se esparcen como estrellas en el suelo del bosque.
Hay mucho fondo, hay un hueco por el que se escapa la música.
Y el agua. La madera. Se hablan.
Cae la hoja, es otoño, la lluvia, una gota sobre el tronco, hueco, resuena, madera, madera.
Lluvia, suena, estalla.
Es el grito del bosque.
Hay un sueño de cielo y motores.
Pájaros chocan los unos con los otros. Y caen. caen.
El grito del pájaro que cae.
Vuela el sonido del ala que nace, el cielo se expande en un añil de noche, se abre la tierra, y nace, nace la noche.
Hay un llanto que celebra la muerte que antecede a la vida. Un cuerpo que se llena de música, estalla y arde elevándose en llamas doradas que se transforman en agua y gotas de lluvia que caen, caen, caen sobre la tierra que cruje, se forma el mar que desborda en susurro.
Apoteosis.
….
Tras haber estado escuchando en bucle, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, el disco de Erissoma & Lucas Bolaño: Ping Pong, editado primorosamente por Audiotalaia, tuve la suerte de verlos en directo en octubre de 2019. He rescatado estas palabras de entonces.