Tempo: de camino al propio cuerpo

Dos años después, me veo en Segovia, en la iglesia de San Nicolás. Corro para llegar, no camino. Y sin embargo, la emoción del encuentro. Las velas alentrar. Recorriendo, para llegar, calles vacías a medio iluminar. El frío tensala piel del rostro. El sosiego que reina en el camino es un anticipo de que lovaSigue leyendo «Tempo: de camino al propio cuerpo»