He leído el relato de Paul B. Preciado, me ha gustado ese absurdo que nace cuando todo es incierto. En París… Me he desengañado: los buzones no son (¿también?) amarillos. Allí, los que son amarillos son los chalecos, los gilets jaunes. Otra de las ocupaciones posibles durante este encierro, escribir. Escribir ya lo es. EscribirSigue leyendo «27 de marzo: Buzones amarillos»