En el estómago de la ballena – sobre memoria histórica, sobre crímenes de estado, sobre terror social

Este texto es de octubre de 2018 y quedó pendiente de su publicación.

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Creo que muchos estamos en el estómago de la ballena. Creo que estamos tan dentro, tan fagocitados, que no logramos ver desde fuera nuestra desgracia. Quiero creerlo. Porque si la estamos viendo y la negamos, hemos perdido el norte y la perspectiva. Todo cambia un 15 de octubre de 1977 cuando una democracia interesada promulga una Ley de la Amnistía que acaba de un momento para otro con todo lo acontecido durante 40 años de dictadura en los que, ganada la guerra, los que la ganan, erigidos en estado y poder, unido el poder ejecutivo, judicial, legislativo, con la venia y el poyo del poder eclesiástico en una España en la que la religión oficial y única es el catolicismo: desde el poder que otorga escribir, ejecutar, vigilar, y castigar la ley, se represalia, aparta, humilla, incapacita, castiga, aleja, niega, inhabilita, despoja, secuestra, tortura, golpea, y, finalmente, mata, a los que no comulgan con la dictadura, fascista, que asoló este país durante casi medio siglo.

Conversaciones en las que se habla de la violencia de uno y otro bando, en las que se asevera que todas las muertes fueron crueles, que la violencia estaba en las dos partes. Mi contraargumentación de que la violencia ejercida por un estado desde su posición de poder es delito, es abuso de poder, y así comete crímenes de derecho internacional. Nuestro país está catalogado como aquel donde más fosas comunes humanas quedan por descubrir, después de Camboya. Fuente: Amnistía Internacional. Amnistía Internacional propone hoy que «El Valle de los Caídos puede ser aprovechado para promover la verdad y dignificar la memoria, con una función educativa y preventiva». Los Crímenes de Guerra y los Crímenes de Lesa Humanidad no prescriben, y es el derecho internacional el que lo regula. Leyendo, encuentro, que en España, lo que pasó, las detenciones, los secuestros, fusilamientos, tiene un nombre, y se llama «desapariciones forzadas»: » Las desapariciones forzadas las cometen agentes del Estado o personas que actúan en su nombre y se niegan a reconocerlo. Ocultan la suerte y el paradero de la víctima, dejándola fuera del alcance de la protección de la ley.» Leo, además, que con ello se practica el terror social.Te están dando a entender que tú puedes ser el siguiente.

Un país con un gobierno que, cuarenta años después, persigue, sanciona, aleja e incapacita al juez que comienza a investigar los crímenes del franquismo. Que ha logrado poner a otro asesino en el banquillo de los acusados por la crueldad de los hechos y la cantidad de los crímenes y de los atropellos. Y de los disidentes asesinados y lanzados, unos vivos, otros muertos, desde los aviones al fondo del mar. Hablamos de Baltasar Garzón. Hablamos de Chile. Hablamos de Pinochet.

Un país, el nuestro, que merece ser juzgado desde otro país que conoce las heridas y que sigue buscando a sus muertos y a sus niños robados. Hablamos de Argentina.

En España no nos libramos. Dictadura y niños robados, dictadura y represión, dictadura y censura, dictadura y propaganda, dictadura y secuestros, dictadura y asesinatos, dictadura e inhabilitaciones, dictadura y muerte, muerte y fosa; fosa, muerte y cunetas.

Investigo y leo. Me encuentro con que durante la dictadura se emplearon fuerzas, tiempo y dinero, recursos en definitiva, para reclamar los muertos «suyos», los de los nacionales. Me encuentro con que la Ley de la Memoria Histórica habla de recuperar muertos y memoria, pero no habla de bandos ni de siglas. Me encuentro conque la mejor manera de bloquear ayuda es negándola. Negándola desde la ley que no se aprueba y desde la partida de presupuesto que no se concede, cuando la ley está aprobada. Dinero que nunca llega, esperanza que se evapora. Resulta que en los pueblos cavan buscando sus muertos y que lo hacen con su dinero.

Hoy he escuchado en una entrevista a un actor decir que en España estamos como estamos porque no se puso una guillotina en la Puerta del Sol. No hizo falta. En Francia hubo guillotina, la derecha represora se instaura y expande de igual manera en su política y en la política internacional de nuestro país vecino. Un resumen demasiado rápido. Sí. Pero desde fuera se nos mira y se nos juzga raros, crueles, ¿ignorantes?, ¿atrasados? ¿interesados?

Siempre que tengo la oportunidad de hablar con alguien extranjero que viene a España y que ha estudiado lengua y cultura española aprovecho para preguntarle qué opina sobre nosotros y nuestra dictadura, bajo la cual vivieron y sufrieron mis padres y mis abuelos. Les pregunto acerca de qué les enseñan por ahí fuera. Me interesa saber cómo nos ven, cómo nos relatan. En contraposición a la ceguera que impregna a los que niegan que hoy, España, ha llegado hasta aquí negando a sus muertos, tachándolos como los muertos de otros. Diciendo que españoles son unos, y que los otros, no merecen ni nombre ni bandera. Los que niegan, con buena, o con mala intención, que nuestra identidad se construye con cada paso hacia el reconocimiento y el perdón y se destruye con cada retroceso hacia el olvido y la ignonimia.

España, ha llegado hasta aquí negando a sus muertos, tachándolos como los muertos de otros. Diciendo que españoles son unos, y que los otros, no merecen ni nombre ni bandera. Los que niegan, con buena, o con mala intención, que nuestra identidad se construye con cada paso hacia el reconocimiento y el perdón y se destruye con cada retroceso hacia el olvido y la ignonimia.

En mi última conversación, con estudiantes chinas -que han tenido que venir a España un tiempo largo para reconocer su «democracia» de hoy en día como la dictadura encubierta que es- me contestan convencidas: Saben de la dictadura, de la época oscura que fue, de los asesinatos y la represión. Del fascismo y de la violencia. Para ellas, decir Franco, decir Hitler o decir Mussolini viene a ser la misma cosa. Por mi parte, les cuento la Cruz de los Caídos y las calles plagadas de nombres de generales, comandantes, capitanes del régimen franquista que hoy todavía cuelgan en placas en cada pueblo y ciudad. Les cuento cómo hoy tenemos revistas del corazón que venden y que hablan de sus herederos, cómo hay una fundación que lleva su nombre. Cómo se enorgullecen de llevar sus apellidos. Imaginamos un nieto de Mussolini fotografiado con su esposa y famiglia en una revista del cuore italiana. Sorpresa: encontramos una nieta del que fue fundador del partido fascista que ha estado ejerciendo en política con el mismo apellido. Y una referencia en su biografía en wikipedia: un productor que le pide a la nietísima que se lo cambie. Ella deja la profesión. Llamarse Mussolini ya no es buena propaganda.

Despliego mi comprensión, transito por la compasión, o al menos lo intento. Qué culpa tiene ella… Qué narices, llevar un apellido es llevar sobre hombros y espaldas todo un árbol genealógico, es llevar toda tu historia, la que aceptas y la que niegas, de la que recelas y de la que te enorgulleces. El apellido lo contiene (casi) todo. Los dos apellidos, tanto el materno como el paterno, remontan tus orígenes por las ramas de ese árbol y r(d)elatan cosas que todos podemos investigar y que nos pueden dar pistas sobre quiénes somos. De momento, llevo la mitad de mi árbol y las pistas sobre quién soy me dicen que mis antepasados, hasta los abuelos de mis abuelos y por parte de madre, eran todos jornaleros. Trabajaban la tierra para otros. Nada poseían.

Llevar mi apellido me ha construído como soy, y me ha hecho transitar caminos, y las decisiones pequeñas, pequeñísimas, las importantes y las nimias, las que he dejado que tomen otros por mí, y las que he tomado, me han conducido hasta aquí, quien soy, lo que soy, lo que llevo en mí y sobre mí, tras de mí, y me hacen presente en este blog, y en este preciso post.

Llevar mi apellido me ha construído como soy, y me ha hecho transitar caminos, y las decisiones pequeñas, pequeñísimas, las importantes y las nimias, las que he dejado que tomen otros por mí, y las que he tomado, me han conducido hasta aquí, quien soy, lo que soy, lo que llevo en mí y sobre mí, tras de mí, y me hacen presente en este blog, y en este preciso post.

Vuelvo a la conversación con las estudiantes de cultura española y con nuestro ejercicio de fantasía. Imaginamos a un hipotético descendiente heredero de Hitler pavoneándose por las televisiones y revistas del corazón haciendo gala de raza y apellido. Sabemos que el dictador fascista alemán no ha tenido descendencia reconocida. Nos imaginamos en nuestras carnes la vergüenza de llevar tal o cual apellido, y escucharlo en voz alta, pasando lista en clase, o en la consulta del médico. «Sr. Hitler, Sra. Hitler, pasen, es allí, la tercera puerta a la derecha». «Querida Mussolini, es su turno». Hablamos sobre Mao Tse-Tung, sobre sus políticas crueles y sobre los exilios forzados de los intelectuales, maestros, músicos y artistas chinos al campo, para aprender de los campesinos sobre tierra y revolución en su pretendida Revolución Cultural; de la quema de libros, partituras, obras de arte, y sobre el culto que se le ha hecho desde Occidente; entonces confieso que tengo un libro suyo de poesía y en ese momento me avergüenzo. Quizá esté trivializando desde fuera una cultura, una dictadura y un asesino, en un desconocimiento que peca de cool y adelantado. Es una quimera. Mao poeta no existe. La compré en una librería de viejo, me excuso, fue muy barato.

A mí, qué quieren que les diga, cambiar a un capitán por un poeta, a un general por una poeta, a otro general por una maestra, un arriba españa por una maestra, a otro general por otro maestro, a un caudillo por un lugar, me llena de emoción. Parafraseándome: Un gusanillo de felicidad descubrir que la calle que antes era capitán ahora es poeta. Resulta raro, pero es coger el hábito: de las armas a la poesía. ¿La poesía como arma? De la militarización a la poetización. Pacificación y poetizaje. ¿La palabra como herramienta para la lucha? Como un aterrizaje de un vuelo hecho con la palabra.

Publicado por aurora efe

Trabajo desde una mirada poética y crítica. Desarrollo mi voz con reflexiones e investigaciones sobre cuerpo-voz, escritura, música, poesía y vida | Escribo | Narro | Traduzco | Traduzco poesía del portugués al español | Aprendiendo a mirar desde una perspectiva feminista y queer.

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