Óscar Battiston, “Relatos con dos orillas”. La memoria es una hormiga que sube por nuestra pierna portando las semillas de la culpa.

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«Un silencio de hormigas, un frenesí de esparto. Ah corazón clamando ante los almacenes. Ya no hay sábados; bajas a las iglesias, a los departamentos de la muerte. Y las serpientes pasan sobre las murias derruidas.»

Un silencio de hormigas, Lápidas, 1977-1986 y 2003
Reescritura, Antonio Gamoneda

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Óscar Battiston, “Relatos con dos orillas». Ediciones El Drago, Octubre 2022

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Óscar Battiston eligió para su presentación el Ateneo La Maliciosa. Y no fue elegido al azar. Al igual que no han sido elegidos al azar los temas de estos relatos. Lo profundo que los sustenta, así como el marco social que los envuelve, y el acontecer político que lo ubica en un tiempo en la historia. Historia que algunos dicen: con mayúsculas. Aquí, con minúsculas: son las personas anónimas las que verdaderamente la escriben.

Porque la realidad construye y transforma desde la palabra, que materializada en tinta y papel, toma cuerpo y es ya: acción, movimiento, vida.

Decía que no solo de bordes geográficos nos habla Battiston, sino que el término orilla aquí se expande. Orilla como extremo o borde de una superficie. Orilla como límite, término o fin de algo no material. Orilla como extremo o remate de una tela

de otra cosa que se teje.

Inmaterial la memoria. “Una tela u otra cosa que se teje”.
¿No se teje, acaso, la memoria, en hilos invisibles? ¿No se tejen los recuerdos como un ovillo que se enreda y desenreda según revisitamos el pasado?

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Orillas o bordes a los que se refiere la catedrática Marta Castellino, docente e investigadora de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cuyo (Mendoza, Argentina), Directora del Centro de Estudios de Literatura de Mendoza (CELIM). Lo dice en su artículo publicado en diciembre de 2022 en el periódico Los Andes, del que extractamos lo siguiente:

“Ya desde el título, es indudable que el concepto de “borde”, de separación, pero a la vez de unión de elementos, preside la construcción total de la obra. Como manifiesta el propio autor en el texto que oficia de prólogo, el concepto tiene diversas potenciales significativas. En primer lugar, “orillas entre los deseos que definen al ser y el deber-ser con que nos marcaron” (p. 16). Pero también otras “orillas” que forman parte de su vida, representadas por todas las vivencias que van desde “el presente a la memoria o viceversa”. *

*El texto completo fue publicado en el periódico Los Andes en la sección “Lecturas”.

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Las hormigas nunca olvidan

Pues bien: Si yo hubiera tenido que elegir nombre para este libro, lo hubiera tomado del relato: Las hormigas nunca olvidan. Porque, como hormigas,  vuelven a nosotros las palabras, como hormigas, las imágenes, como hormigas, los rostros del pasado. Se adhieren a la piel como viejas fotografías pegadas con cola blanca, esa que utilizábamos en el colegio para hacerle una flor de retales a nuestra madre, con letra grande, orgullosa y torpe. “Mami, te quiero. Felicidades”. 

Hormigas en fila, cristiana procesión: culpa, pecado, penitencia, ¿Vergüenza? Aparecen en cualquier hueco de la casa que somos. Aquellas grietas.

Memoria minuciosa, memoria-hormiga. Negra, aparece sobre el blanco del azulejo, nítida, vergonzante, señalando: los momentos de huída, de separación, de alejar el dolor a fuerza de quilómetros, de distancias. De deshaucios. ¿La desaproximación como memoricida?

Pero los recuerdos vuelven, no hay químico que los disuelva, ni distancia física que los aleje. Habitan nuestro ser en sus resquicios por los que este insecto se cuela. La memoria es una hormiga que sube por nuestra pierna portando las semillas de la culpa. La culpa como detonante, como avistamiento de la posibilidad de modificar el curso de las cosas. En el presente. Hacia el pasado. Hacia el futuro.

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Este libro hace un recorrido por los años: la infancia, la universidad, la madre, el tránsito al mundo adulto, los hermanos, las amistades, los amores. La dictadura, el dolor, la lucha, el no olvido. La vejez y el amor.

Dice Battiston: “Esos sujetos extraños que aquellos años grises han hecho de cada uno de nosotros. Habíamos aprendido a no preguntar. Tampoco hablábamos de las ausencias”.

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Quizá todo el libro sea una suerte de conjuro, de justicia poética -como le gusta llamar al autor a las vueltas –justas- que da la vida. Un ajuste de cuentas con el pasado, una conversación que cierra las heridas: cerrando años de encuentros, silencios, palabras torpes. Proponiendo una versión final a esos diálogos con uno mismo. Historias que ubican la culpa, el error, el arrepentimiento, la barbarie; historias que mandan a todas esas hormigas de vuelta. Hasta el próximo relato. Proponiendo el bálsamo del perdón. Hacia el otro. Hacia uno mismo.

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Y para terminar, traigo aquí unas palabras de la poeta portuguesa Sophia de Mello Breyner de su libro publicado en 1954, En el tiempo dividido:

En el tiempo dividido

Y ahora, oh, Dioses, ¿que os diré de mí?
Tardes inertes mueren en el jardín.
Me olvidé de vosotros y sin memoria
Camino por los caminos donde el tiempo
Como un monstruo a sí mismo se devora.

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Para terminar, hago mías ciertas palabras de una de las participantes en el vídeo que hemos presenciado: “Leer este libro ha sido traer a mi presente: historias, vivencias, y recuerdos guardados en lo profundo de toda una vida”.

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El 25 de enero de 2023 ese presentó en el Ateneo de La Maliciosa, Madrid, el libro de Óscar Battiston, Relatos con dos orillas. Cuyas páginas fueron ya presentadas en una de las dos orillas a las que hace alusión el título. Aunque no solo de bordes geográficos nos habla el autor en estas 143 páginas.

Estuvimos allí, parafraseando a La Maliciosa: en “un lugar donde la reunión, la palabra y la actividad política autónoma puedan desarrollarse“.

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Matías Figueroa, Aurora Feijoo, Óscar Battiston, en el Ateneo La Maliciosa, 25 de enero de 2023

Izda. Pablo Battiston (producción y control técnico) y Óscar Battiston (autor). Dcha: Óscar Battiston firmando ejemplares.

Publicado por aurora efe

Trabajo desde una mirada poética y crítica. Desarrollo mi voz con reflexiones e investigaciones sobre cuerpo-voz, escritura, música, poesía y vida | Escribo | Narro | Traduzco | Traduzco poesía del portugués al español | Aprendiendo a mirar desde una perspectiva feminista y queer.

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