¿Qué prefieres? ¿Un libro o una persona? ¿Un animal o un ser humano? ¿Tu mascota o tu compañero? Hay quien no duda en decir que una mascota. Que nunca traicionan. O que un libro. Que siempre está cuando lo necesitas. Sin embargo, la lectura sin el placer de comentarla después no es lo mismo. Aunque el acto íntimo de leer un libro y adentrarte en sus misterios sea individual (también hay lecturas colectivas o compartidas), después se socializa. Siempre llega ese momento. Y la mascota, mejor ni hablemos. Mi gato me despierta a maullido pelado a las siete de la mañana sea día de trabajo o fiesta de guardar. Entre que es sordo y pedigüeño, no perdona un bocado. Todos conocemos a alguien así, con ese discurso de «donde esté un animal que se quite el ser humano». Los imagino ahora en la cama… con un libro… o con un gato.
-Texto de mayo de 2017-.