Revisitar los recuerdos como un acto de fe. En la vida y en el camino, comulgando con la capacidad de lo poético, en ésta, ahora, y en las sucesivas vidas que nos van aconteciendo, aquí en la tierra, para entender algo de este recorrido y de las relaciones que vamos (des)tejiendo. La complejidad de entender al otro lado de la piel (del otro), la complejidad de la necesidad de entender (al otro), la complejidad de querer seguir provocando el encuentro (con el otro). Al menos, en el camino, nos impregnamos de la tierra (toda) y, con los pies metidos en el lodo hasta la rodilla, nos vamos conociendo. A nosotras mismas.
Vivir como acto de fe

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